AMAPOLAS

Dos bellezas hermanadas

Un día, en mi jardín, nacieron dos amapolas igualitas en tamaño y forma, fueron creciendo al mismo tiempo y parejitas, solo que una era totalmente blanca y la otra totalmente roja; hasta parecían salir del mismo bulbo, estaban bien juntitas.
Las plantas, como todos los seres vivos, se comunican entre sí, existe un lenguaje especial en cada ser  pero siempre la comunicación está.
Cuando  habían logrado su punto ideal de belleza, estas amapolas casi hermanas, una le preguntó a la otra:

-¿A que se debe tu blancura tan profunda?,  cuando los rayos de sol dan sobre ti tus pétalos reflejan tanta luz que parece que el sol estuviese a mi lado. Eres muy bella, las demás flores del jardín creo que te tienen envidia, pero además hay muchos lupinos que están enamorados de ti.
- Mira, cuando Dios me dio vida me dijo que iba a ser muy hermosa pero que a mi lado iba a crecer otra amapola más hermosa que yo, y que iba a ser roja, y esa, indudablemente eres tú, y mi misión en la vida es ayudarte con la luz que reflejo para que tu hermosura sea aún más notoria.

- ¿Es cierto lo que me estás diciendo?- claro, la más hermosa del jardín eres tú y Dios quiso que tu rojo fuese el más brillante de todos, por eso me puso a tu lado, para ayudarte con mis reflejos. Tu sabes que nuestra vida es efímera, pronto nuestros pétalos comenzarán a marchitarse y comenzarán a caerse por eso tenemos que disfrutar a fondo de este momento. Mira que hermoso está todo el jardín- si, es cierto, bueno, nosotras somos de las primeras en desaparecer, los últimos en morir son los Lupinos, ellos pueden durar más de dos meses, es una larga vida para una flor……

La amapola blanca representa la pureza absoluta y la roja el fuego del amor, en tan solo dos pequeñitas flores representamos dos cosas absolutamente importantes en nuestras vidas, la pureza y el amor. Y además debemos aprender sobre lo efímero de nuestra existencia.
Este diálogo se escuchó en mi jardín una mañana de diciembre en que mi corazón se encontraba abierto al amor por la vida y por la naturaleza. Sentado en la escalera de entrada a mi casa y contemplando todo lo que me rodeaba.
Fíjate, una simple flor nos puede hablar de amor.

Eduardo Pocai.