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ESTRELLAS FUGACES

de Eduardo Pocai, el Viernes, 4 de mayo, 2012 Ensayos
ESTRELLAS FUGACES
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ESTRELLAS FUGACES 
 
¿Alguna vez viste caer una estrella fugaz? O sea, ¿un meteorito? Permanentemente nuestra atmósfera recibe miles y miles de partículas ínter espaciales que al entrar en contacto con nuestra atmósfera, por fricción, se ponen incandescentes, y nos atraen por su fugacidad o bien por la luz que reflejan. Le llamamos: estrellas fugaces.
¿Sabés una cosa? Le he consultado a muchísima gente si han visto alguna vez una estrella fugaz y me dijeron “no” ¡No lo puedo creer! Y es cierto, creo que somos menos los que miramos hacia arriba y tuvimos oportunidad de verlas, que los que nunca observaron el firmamento.
Una estrella fugaz no es un milagro, es real, tampoco es una estrella, es solo basura espacial; como la llaman los astrónomos; son pequeñas o grandes rocas, o piedras, están los meteoritos pedregosos (rocas), integradas principalmente por los minerales de silicato; los meteoritos metálicos (hierro), se componen en gran parte de hierro-níquel y, los meteoritos pedregosos con hierro, que contienen grandes cantidades de material metálico y rocoso. Todos ellos están en permanente movimiento en el espacio y es gracias a nuestra atmósfera que no llegan a impactar con la superficie terrestre, o nuestras cabezas.
Dependiendo del tamaño, los que superan los 50 metros de diámetro, suelen impactar con nuestro suelo pero los más pequeños llegan a desintegrarse antes de chocar con la tierra, que son los más comunes, pero hay algunos que sí impactan y son los famosos meteoritos que después se convierten en centros de atracción turística. Los meteoritos que se logran recuperar después de ser observados durante su tránsito en la atmósfera son llamados caídas. El resto de los meteoritos se conocen como hallazgos. A la fecha existen aproximadamente 1200 caídas atestiguadas que produjeron especímenes en las diversas colecciones del mundo. En contraste, existen más de 31.000 hallazgos de meteoritos bien documentados. Pero son muchos millones los que entran en la atmósfera y no tocan el suelo. Ahora, me pregunto, ¿Cómo puede haber gente que nunca haya visto una estrella fugaz?
 
Una noche, estando en la casa de un amigo guardaparque, en el Parque Nacional Futalaufquen,  luego de cenar unas ricas empanadas de cordero, amasadas con mucho amor por su esposa, y aprovechando que la noche estaba estrellada, no había luna, se podía observar el firmamento con una blancura de millones de píxeles blancos sobre un gigantesco monitor oscuro, sí, lleno de estrellas. Era algo verdaderamente sublime, ejecutaban, todas juntas, una sinfonía de luces que contenían las más bellas notas musicales, era como estar en la más espectacular sala teatral donde el argumento de la obra era la vida misma. El sólo observarlas me emocionaba al punto de las lágrimas. Había calma y no hacía frío, era una cálida noche, así que lo invité a mi amigo a que contáramos estrellas fugaces. Me miró como diciendo ¿Qué cosa loca estás diciendo?- sí, salgamos a ver estrellas fugaces, le dije- Nunca vi una ¿y pensas que esta noche la veré?,( nunca imaginé que un guardaparque no haya visto una estrella fugaz en su vida) – Sí, por supuesto, y veremos varias.- Bueno, vamos- me dijo riéndose, incrédulo.
 Nos tiramos en el pasto de su jardín, yo estaba preparado para ver un espectáculo que sabía, iba a ser único, la noche estaba calma y cálida y ahí nos quedamos observando el firmamento, que por no haber luces de ciudad en el lugar se podía ver en toda su intensidad. Era impresionante ver tanta cantidad de estrellas, la Vía Láctea iluminaba casi como la luna llena, claro, atmósfera limpia, el cielo era todo nuestro, maravilla total. No pasaron ni cinco minutos y vimos la primera, en media hora contabilizamos más de 15, a esta altura, mi amigo estaba absolutamente absorto, y comprendía lo que se había perdido durante tanto tiempo. Dicen que cuando uno ve caer una estrella fugaz debe pedir tres deseos, bueno, esa noche pedimos más de cien, con seguridad, pues perdí la cuenta de cuantas estrellas fugaces vimos; obvio que siempre se cumple alguno, es que hay que creer firmemente en lo podrás lograr, eso se llama “pensar en grande”. Pero lo más maravilloso fue el momento vivido, era como estar en contacto con el más allá. Cuando el frío nos corrió, y entramos nuevamente a la casa, ambos teníamos los ojos llenos de lágrimas, era la emoción, si, la emoción de haber vivido un momento único.
Esa tarde, por la radio, había escuchado que a la noche iba a poder verse una lluvia de meteoros, y no la desaprovechamos, ese fue un secreto que no le dije a mi amigo, así fue más impactante su emoción. De todas maneras, cada vez que puedo observo el firmamento de noche y siempre tengo alguna visión extraordinaria, más allá de que no sea una estrella fugaz, aunque siempre se ven, es cuestión de paciencia. Mientras tengas amor e imaginación tu vida puede ser maravillosa.
 
 
Eduardo Pocai
 

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