¿Alguna vez leyeron la primera acepción de MADRE en el diccionario de La Real Academia Española? Dice así : “Hembra que ha parido”. Bueno, es tal cual, no hay nada de errado en ello, pero ¡que definición tan vacía! ¿no? , porque MADRE tiene un significado tremendamente distinto. Madre, mujer que lleva o llevó en sus entrañas la vida misma, mujer que con su mirada de amor lleva la calma a ese chiquitito ser humano, que sin saberlo, la ama con locura. Madre, mujer que no solo alimenta a su bebé con su elixir vital sino que lo alimenta con un amor que no tiene comparación y que no es descriptible. Madre, hembra que trajo al mundo a un ser y lo ayudó a pararse, a valerse por sí mismo, a alimentarse, a crecer y a sentir que la vida tiene un combustible original que es el más fuerte, el de mayor octanaje, el que más fuerza le dará para andar por la vida, “EL AMOR DE MADRE” Gracias mujeres, aunque no sean madres, son madres con el alma. Nosotros, los hombres, solo contribuimos; si bien hay hombres que han cumplido o cumplen el rol casi completo; pero nosotros, dependiendo de cada quien, damos el apoyo del amor paternal, que no es poco, pero no tiene comparación. Perdón, lo voy a dejar ahí porque sería filosofar demasiado y yo de filósofo me voy a recibir cuando mis barbas caigan desde el cielo. Feliz día madres queridas, se los deseo con todo mi corazón.
Eduardo Pocai.