
Lo dulce se escapa de tu mirar, y no te das cuenta.
El amanecer comenzó a mostrar nuestras pieles desnudas.
Es verano. Tu cuerpo descansa sobre el verde esmeralda
De una alfombra humedecida por el rocío de la madrugada.
Refresca tu belleza. Sí, el calor fue intenso e incontenible.
Hacer el amor en el jardín fue un sueño realizado.
Lo pensamos muchas veces, hasta que nos animamos.
Estabas triste y ausente antes que el sol se fuese a dormir.
Las luces apagadas, y las estrellas como únicas testigos.
Comenzamos a despojarnos de nuestras ropas,
En tu rostro había mucha timidez, pero a su vez,
Una ansiedad desbordante, que me hacía despertar
La energía inigualable ¡que claro! se iría debilitando
Con el correr de las horas, por la intensidad del amor.
La pureza se abrazó a tus formas. Un ángel se desprendió
De mi, y comenzó a mimarte, a acariciarte,
Y a decirte al oído cuánto te amo.
Tus cabellos desordenados jugaron sobre tu desnudez,
Mi ángel intentaba acomodarlos para retirarlos
De tu boca, así poder besar esos labios de fuego
Que quemaron la sensatez, y la convirtieron en mágica ilusión.
Para así poder sentir todas las sensaciones más maravillosas
De hacer el amor en el jardín, en una noche de éxtasis total.
El sol comenzó a pegar fuerte desde temprano
Y nos hizo volver a la otra realidad, comenzaba un nuevo día,
Pero nuestros rostros mostraban muy claramente,
La inmensa felicidad vivida.
Lo dulce escapa de tu mirar, y no te das cuenta…..
Eduardo Pocai