Aquí, unos minutos antes de llegar al camino a Yendegaia, exactamente a la hora 12.17 del 30 de diciembre de 2004. Las florcitas amarillas que comunmente llamamos macachines nos pintan un hermoso paisaje previo al bosque tupido donde entramos luego. Vemos a lo lejos unos troncos aún en pie, de lengas secas.