Esta foto la tomé el 30 de diciembre de 2004 con Canon EOS 1D MarkII a las 12.25 p.m. un mediodía excepcional. Me encontraba solo y disfrutando de lo que verdaderamente amo. La naturaleza pura, caminar en paz, escuchando solo el ruido de las ramas y hojas rozándose entre si. No llegué a Bahía Yendegaia, no era mi intención. Pero fue un momento simplemente único.